En un cazo, calienta abundante aceite de oliva a fuego medio-bajo. Añade los lomos de bacalao, dos dientes de ajo pelados y un poco de tomillo. Cocina durante 20 minutos sin que llegue a freírse: el aceite debe burbujear suavemente.
Una vez confitado, retira el bacalao con cuidado para que no se rompa y resérvalo. Guarda parte del aceite para dar sabor al arroz al final.
Pica la cebolla y los pimientos en cuadraditos pequeños. En una cazuela o paellera, sofríelos con un chorrito de aceite hasta que estén blanditos.
Añade el tomate triturado y deja reducir a fuego medio unos 5 minutos.
En un mortero, machaca el diente de ajo restante con un pellizco de sal y las hebras de azafrán. Añádelo al sofrito y cocina un minuto. Incorpora el pimentón y remueve rápido para que no se queme.
Vierte el caldo caliente sobre el sofrito y, cuando rompa a hervir, añade el arroz bomba.
Cocina a fuego medio durante 16 minutos, removiendo suavemente cada 5 minutos para ayudar a soltar el almidón. Si se seca demasiado, añade un poco más de caldo caliente.
En el último minuto de cocción, incorpora el bacalao confitado en lascas o en lomos, como prefieras. Cubre ligeramente y deja que se integre sin remover en exceso.
Apaga el fuego y deja reposar 2 minutos. Justo antes de servir, añade un chorrito del aceite del confitado por encima para potenciar el sabor y darle un brillo espectacular.
Decora con perejil fresco y reparte los lomos de bacalao sobre cada ración. Disfruta de este plato completo y reconfortante.